Prueba: Audi A3 1.8T Cabrio (1/2)


Sol, calor, brisa marina... No hay duda de que estamos en época de descapotables. Si hace unos meses probábamos uno cuando menos curioso, en esta ocasión hemos tenido la ocasión de echarle el guante a un coche mucho más ortodoxo, la variante descapotable del A3.Para este modelo, que es la primera vez que se ofrece en la gama de los cuatro aros, la casa de Ingolstadt ha optado por un techo de lona, un punto muy llamativo en un mercado cada vez más repleto de techos duros replegables, sobre todo en variantes abiertas de compactos. Pero hay un algo especial en los descapotables de techo blando difícil de describir que a veces compensa sus inconvenientes. Vamos a ver si este es el caso del Audi.
Si echamos la vista hacia atrás podemos pensar que el A3 Cabrio es el primero de su especie. Audi no había tenido hasta "hace poco" un compacto, cosa que cubrió años atrás con el exitoso A3, y tras el restyling de la generación actual decidió dar salida a una variante abierta, respondiendo así a la demanda del mercado y al Serie 1 descapotable de BMW.Pero si escarbamos un poco más en busca de sus raíces, podemos ver cómo su marca hermana, Volkswagen, llevaba décadas ofreciéndonos un Golf convertible, desde el mítico cabrio Karman en adelante. En cambio, en su penúltima iteración, los de Wolfsburgo decidieron cambiar de rumbo, y responder a la competencia con el Eos, un compacto basado en el Golf, pero con identidad propia y techo rígido abatible.Esto dejaba el hueco de un compacto descapotable de los de toda la vida, y Audi no esperó demasiado a cubrirlo. Hay otras razones, además, para decantarse por un techo de lona. Para empezar, la estética no suele salir muy bien parada cuando se trata de solucionar la forma del tercer volumen si este tiene que dar cabida a un enorme techo metálico (Mazda MX-5 aparte).


Si miramos el perfil de cualquiera de los protagonistas de este nicho de mercado (Astra CC, Focus CC, 308 CC, Eos, etc..) veremos que por detrás no son coches para nada compensados, y tienen una enorme superficie horizontal, visualmente muy pesada y que les hace perder imagen dinámica.Por otra parte, el sobrepeso y la complejidad técnica de los techos duros abatibles les crean problemas. El centro de gravedad sube, y se pierden prestaciones. Para terminar está el tema del maletero. Y es que con el techo replegado, las formas resultantes son totalmente inaprovechables, así que en ocasiones habremos de decidir entre ir a cielo descubierto o utilizar el portaequipajes.

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