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Lo que se ha querido hacer con este Rolls-Royce 200EX Concept es un automóvil más llamativo dentro de la marca, pero conservando los genes que caracterizan a sus lujosos hermanos. En cierto modo, aún con su aspecto tan sobrio, resulta un coche más atrevido dentro de la marca.
Su diseño exterior se caracteriza por grandes superficies e ininterrumpidas, sólo rotas por las líneas horizontales. Todo muy sencillo y a la vez muy elegante, muy propio de Rolls-Royce. Sólo con verlo dan ganas de llamar a Bautista para que te lleve a la partida de golf con tus amigos.

El acabado exterior es en Tungsteno oscuro en contraste con el acabado plateado satinado que se aplica en el capó y en el pilar A. El impacto visual del exterior se remata con las llantas de 20 pulgadas y siete radios.
El acceso a la parte trasera del interior se hace a través de unas puertas con bisagras traseras, con un ángulo de apertura de 83 grados. Con esto se consigue que el acceso sea lo más cómodo posible para el pasajero y además, dan la sensación de mayor amplitud cuando se entra al vehículo.

El salpicadero se muestra muy despejado, con todo colocado donde debería estar. Los elementos con las funciones más importantes están resaltados con cromados para hacerlos más accesibles. Su iluminación es muy suave y se deja ver a través del volante, que presenta unos mandos en forma de clavija de violín.
Respecto a sus datos técnicos, simplemente nos dicen que equipa un nuevo motor V12 del que no dan más detalles. Supongo que para eso habrá que esperar al Salón de Ginebra. Sobre sus medidas, como en todo Rolls-Royce, son igual de impresionantes que el propio coche: 5.399 mm de largo, 1.948 mm de ancho y 1.550 mm de alto, con una distancia entre ejes de 3.295 mm.